Taller nacional: Repensando el estado laico y los fundamentalismos en América Latina

Los días 4 y 5 de julio del presente año se llevó a cabo el taller nacional denominado “Repensando el estado laico y los fundamentalismos en América latina”, evento que tuvo como principales objetivos promover y fortalecer alianzas con organizaciones basadas en la fe y en defensa de un estado laico caracterizado por el respeto de libertades y derechos humanos. Por otro lado, analizar y articular los procesos que se vienen generando sobre el debate de fundamentalismos políticos en América latina, y de esta manera posicionar el debate sobre estado laico en las agendas de las organizaciones que participaron en dicho taller.

Para ello se contó con las ponencias magistrales de expertos en la materia como son Nicolás Panotto (Otros Cruces Chile), Jorge Weishein (Hora de Obrar – Argentina), Juan Fonseca (teólogo – Perú). Cabe señalar que en posterior a las ponencias se presentaron paneles de comentaristas representantes de organizaciones basadas en la fe y representantes de organizaciones de mujeres y defensoras de los derechos humanos, como Esther Rodríguez (LIFS Perú), Rafael Gotto (IMP), Cecilia Olea (Flora Tristán) y Luzmila Quesada (Kairos), entre otros, así como el análisis y debate en grupos de trabajo conformados por representantes de las organizaciones invitadas.

En el primer día del taller, básicamente se abordó la evolución del concepto de estado hasta la separación de poderes del estado y la Iglesia. Así también se comentó la paradoja acerca de la existencia de documentos y normas que hablan de libertad religiosa y laicidad, en la práctica sociopolítica de muchos países de América latina la realidad es muy distinta y lejana de ello.

Asimismo, se mencionó el surgimiento y avance de fundamentalismos religiosos, los cuales se relacionan directamente con vacíos en la política. Algunas estrategias de grupos religiosos neoconservadores para lograr mayor protagonismo e inmersión en lo político son la reapropiación del discurso de derechos, profesionalización de la movilización política, trabajo articulado con gobiernos aliados y debilitamiento de participación de organizaciones de sociedad civil. Ante esto, lo más adecuado según señaló Panotto sería reconocer el rol de lo religioso y su relación con lo político, pero desde una clave de derecho, democracia y pluralidad. Es preciso además que se promuevan articulaciones estratégicas con sectores religiosos vinculados a los derechos humanos y activar procesos y mecanismos directos que erradiquen la relación entre lo religioso, lo sagrado y la discriminación hacia otros grupos poblacionales.

Así también, se abordó el surgimiento, avances e impacto de los fundamentalismos religiosos sobre la justicia de género en el debate político nacional, teniendo como claro ejemplo la resistencia de movimientos fundamentalistas evangélicos y católicos a las medidas gubernamentales para contrarrestar la pandemia por COVID-19, basándose en que estas medidas y protocolos vulneraban sus libertades religiosas, discursos negacionistas asociando al virus con la idea de castigo divino o cuestionando la validez de las vacunas y la difusión de estos discursos utilizando principalmente los medios virtuales (redes sociales). Otro factor que ha contribuido al avance de concepciones fundamentalistas han sido sin duda las tendencias ideológicas de las bancadas parlamentarias (periodo 2021-2026), las cuales se caracterizan por tener visiones conservadoras y estigmatizantes frente a la temática de derechos sexuales y reproductivos y diversidad sexual.

A modo de reflexión, Fonseca señala que mientras más fuerte sea la democracia, son menos las posibilidades del empoderamiento de los fundamentalismos; y para mayor sostenimiento de la democracia se hace imprescindible una amplia articulación de fuerzas políticas y de la sociedad civil luchando por la defensa de los derechos.

Cada ponencia contó con un panel de expertos que, a partir de los conceptos y contextos políticos abordados por los expositores, presentaron sus opiniones y experiencias desde su perspectiva de representantes de organizaciones basadas en la fe, miembros de organizaciones de derechos humanos, líderes y lideresas representantes de organizaciones feministas y estudiosos conocedores de estas temáticas. Es así que entre los puntos coincidentes cabe destacar el interés por la defensa de los derechos humanos, principalmente la igualdad y libertad religiosa, así como la defensa de un estado laico en el que prevalezca la democracia, trabajo articulado entre autoridades gubernamentales y miembros de sociedad civil por la defensa de los derechos, la desmitificación y ruptura de estigmas que contravengan los derechos humanos y la diversidad.

Después de las ponencias y paneles de expertos, se realizaron dinámicas grupales de reflexión en las que las y los participantes analizaron el impacto de los fundamentalismos religiosos en los derechos humanos y propusieron algunas estrategias para contrarrestarlos, tales como la construcción de alianzas con actores clave (comunicadores progresistas, líderes de opinión, líderes religiosos progresistas), reconocer y acudir a espacios que trabajen temáticas similares, entre otras. Después de dos días de trabajo se tuvo como principales conclusiones que la libertad de religión y laicidad son conceptos amplios y se encuentran fuertemente relacionados con el estado y la democracia. Por otra parte, queda como desafío continuar promoviendo y fomentando alianzas y trabajo articulado con organizaciones y entidades con intereses comunes (grupos vulnerables que exigen derechos), y de esta manera promover el fortalecimiento de la democracia y de un estado de derecho.

Por: Nathaly Huapaya

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